Su rugido prevaleció en la cancha sintética del norte. León de Huánuco consiguió un meritorio triunfo de visita frente a una César Vallejo que empieza a desdibujarse. Los dirigidos por Mario Viera -quien dejará la Insitución a finales de año- parecen haberse resignado a ver como otr provinciano se lleva el título de la Liguilla y, por lo tanto, un pasaje a la final Nacional.
Franco Navarro lo ha hecho de nuevo. Su Estudiantes de Medicina debe ser el chico más grande de los últimos años, con Barrionuevo como extranjero estrella, Alex Magallanes hecho todo un Riquelme y Germán Carty, la avestruz goleadora que allá por el 2001 ya tenía pinta de retiro. Al hombre denle un Chiquito en el arco, un ex delantero en la defensa y un pecho frío como volante y te arma una columna vertebral inquebrantable. Así se armó el Ciclón del Norte, sin la realidad de Manco, Ciciliano o Tejada y que llegó a la Libertadores.
Nuevamente, esta columna vertebral repite el plato y tal como sucediera el año pasado con el Aurich está peleando el título. Con las agrandadas asistencias de Jean Ferrari, los recursos de náufrago que domina Luis Perea, los disparos asesinos de su 10, Bob Patiño - o simplemente Gustavo Rodas- y el sacrificio en la volante del delnatero Calheira (no olvidar su granito de 10 goles), esta es la crema del momento: una fiera de local, las lucha todas como visitante, gana con fútbol y garra.
León de Huánuco es la actitud que no está en Ate, el milagro que no aparece en Matute, la serenidad que no llega en Crsital, la regularidad que no tiene la César Vallejo, la empatía que no tiene el Aurich, los cojones de tirarle un piedrazo de Goliat. Tienen medio pie en la final porque no fallan los goles que se come Paolo Hurtado con la blanquiazul, porque Rodas juega a su mejor nivel más seguido de lo que lo hace Piero Alva, porque Jean Ferrari mete los pases que Candelo parece haber olvidado controlar, porque su técnico no restringe el talento de sus mejores armas como si hace el Cabeza Terca Reynoso y, finalmente, porque a veces el fútbol da revanchas inexplicables a jugadores cuyo techo ya estaba escrito.
Franco (Navarro) que puede salir campeón. Que lo grite Johan Fano y todo Huánuco: este León está a la caza del título.
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