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Es al toque, no seas pendejo.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Debajo del Ecuador


El silencio de los ultra entusiastas hinchas peruanos, tras el primer gol en contra en el Atahualpa de Quito, se ha trasnformado en queja tras echar un vistazo a la tabla de ubicaciones. Perú, tras cuatro fechas -aunque tres partidos disputados-, se posiciona en el penúltimo lugar, por debajo de la zona de clasificación al mundial Brasil 2014.

Llega el segundo gol encajado y el hincha peruano abandona el televisor. Hacen zappin pero no elude el dolor que el fútbol le dio: Perú suma su segunda derrota consecutiva. Y ahora, quienes se pintaban el rostro con los colores rojo, blanco y esperanza, presagian un remake de los últimos desastres. Ya no son Clasificatorias, regresaron las Eliminatorias.

Lo injusto es tirar la toalla por dos partidos perfectamente perdibles para nuestra realidad, mas no valiosos para el camino que buscamos construir y transitar. Si nuestra bicolor quiere clasificar deberá hacer historia. Lo hizo Chile, ganando en La Paz, venciendo por primera vez a Argentina en Santiago, ganando por primera vez en Lima, robando al fin puntos en Montevideo. Lo esta haciedo ahora Venezuela, con su primer gol y  triunfo contra Argentina. Necesitamos hacer historia, como sacar puntos en Santiago o Quito.

Cuestionamientos en el planteo de los partidos aparte, el terreno a mejora es amplio. Cambiar nuestra historia de déficit de puntos, aunque difícil, es probable. Tenemos muchas chances para hacerlo. Podríamos, al fin, enocntrar La Paz, o Aguirre podría repetir la faena de liquidar a un equipo de Sabella. Por ahora estamos donde pertenecemos: debajo de la zona de clasificación, repitiendo los nefastos resultados de procesos anteriores. Esta vez no será diferente hasta que aparezcan las hazañas. Contra Colombia, los rostros pintados de esperanza pueden volver. Quizás regresan las Clasificatorias.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La sucia politización de la muerte de Walter Oyarce

Está demás condenar a los descerebrados que asesinaron al joven hincha de Alianza Lima. La historia es harto conocida por todos, y todos y cada uno de los peruanos amantes o no del fútbol coincidimos también en que cada uno de esos sujetos es un grandísimo hijo de puta que no merece vivir. Y no nos referimos solamente a la persona que finalmente haya empujado a Oyarce desde el palco, sino a la partida completa de maricones que entró a golpear a hinchas de todas las edades y de ambos géneros a cada palco, creyéndose harto machitos cuando en realidad no son más que una partida de cagados y cobardes. Igualito que la gran mayoría de pseudo hinchas que no son más que choros o pirañitas con complejo de superhombres cuando están en mancha. Si no, mansitos y calladitos. Rosquetazos, pues. Así son.

Pero el asunto que compete a este artículo es la siempre oportuna politización de todos los hechos que generan polémica y agrupan al grueso de los peruanos detrás de una misma idea —en este caso, que el caso Oyarce debe ser drásticamente sancionado y que debe marcar un presente DE UNA PUTA VEZ POR TODAS—.  Congresistas yendo al Monumental a “inspeccionar” e “investigar”. ¿Cuándo han visto que uno de esos zánganos incapaces solucione temas de este tipo? El alcalde de Ate —un figuretti de primera desde hace años, realmente patético— condenando la realización de partidos de fútbol en el estadio, pero argumentando de manera carnavalesca que los conciertos y fiestas sí están permitidos, que no resultan problemas y un larguísimo balbuceo estúpido que solamente busca caletear la tajada que la Municipalidad se lleva por permitir los shows. Todos los políticos oportunistas haciendo bulto detrás del grupo de personas que considera que los partidos deben jugarse sin público porque no hay garantías. O también la policía, saliendo para la foto en la previa del partido, diciendo que “todo está controlado” y luego dando la cara solamente para ponerle absurdas multas a los jugadores de la U por estacionar sus carros en la calle luego de que ya no les permiten entrar al estadio por la clausura impuesta hasta que las investigaciones culminen. Y la lista sigue, pues en nuestro país la gente bruta abunda. Una comparsa de inútiles.

Hoy, para agregarle elementos circenses al asunto, la muy criticada de ociosa alcaldesa de Lima, Susana Villarán, decidió meter su cuchara, elevando la medida de jugar sin público a un nivel completamente ajeno: que las Eliminatorias se jueguen a estadio vacío. Y por supuesto tenía que adornar su propuesta con una de sus ideas yuppies y tan clásicas de tía regia: “ponemos pantallas en las plazas y sale lindo. Invito a toda la gente” (por esta vez, vamos a saltear la parte en la que repartimos insultos y seguimos). Sí, pues, Susanita, es que la clásica rivalidad entre los hinchas de la selección que van a Oriente y los que van a Sur o Norte es un problema de años... Estimada alcaldesa con tantas promesas sin cumplir hasta ahora, dedíquese a proponer y a ejercer sobre lo que —en teoría— sabe hacer. Si de fútbol no conoce, no es tan descabellado callarse la boca. ¿No es más lógico pensar en mayores medidas de seguridad, en controles minuciosos y con apoyo de la tecnología en la entrada de los estadios para identificar a los animales, en dejar entrar solo a los hinchas empadronados, en llevar más policías, en sanciones carcelarias que asusten, etcétera?

No. Los demagogos patrios buscan complacer con medidas populares a un pueblo y a una prensa voluble. Eso les genera votos y fotos, su combo preferido. ¿Para qué más, pues? Y la lista seguirá creciendo, olvídense. La gente que quiere minutos de fama está haciendo cola hace rato para decir cualquier huevada o proponer ideas tan estúpidas como imposibles (“yo eliminaría el fútbol”, Gabriela Pérez del Solar dixit). Un chico murió y la gente busca cámaras. Un chico murió y lo más seguro es que no se hará nada al respecto, más allá de un mes de atención mediática y promesas de seguridad que no se cumplirán. Un chico murió, de una manera alucinantemente inhumana, y la gente que debe tomar el asunto en sus manos se pelea por salir ante las cámaras y ganar adeptos. Un espectáculo que sigue la línea de la muerte de Walter Oyarce: tercermundista y grotesco.

sábado, 17 de septiembre de 2011

La nueva camiseta de Perú

Ayer, viernes, fue la presentación de la camiseta que vestirá la selección nacional en su camino hacia Brasil 2014. Para variar, estuvo reventando de periodistas, pues durante todo el proceso de espera su creación estuvo totalmente plagada de flashes, críticas, sugerencias y mucho floro; la de siempre, pues. El diseño creado por Sumy Kujón presenta sus principales novedades en cuanto a los significativos cambios que sufren —nunca esta palabra fue tan precisa— el escudo y el cuello de la polera, mientras que, además, el diseño plantea una variación mínima de la franja, así como emana un espíritu retro tan de moda por estos días.

Para una federación que quiere plata, nuevas camisetas cada año. Para una selección de moda, una camiseta de moda. Lamentable, pero cierto. Bajo esos parámetros se rigen en la F.P.F. De por sí es difícil entender los motivos que llevan a un equipo a realizar variaciones de su camiseta a cada año. Sí, la marca que las produce necesita del billete, de acuerdo. ¿Pero no les parece que se pierde un poco de la esencia del club cuando algo así pasa? Miren Europa: cada equipo grande tiene cinco camisetas, y la emblemática varía cada temporada de alguna manera. Acá no más, Alianza trajo del ataúd una camiseta verde y Cristal improvisó una amarilla (¿?). Muy criticable o, al menos, polémico. Pero más triste aún es cuando prácticas como estas llegan a una selección nacional, donde se termina afectando algo más grande.

¿Por qué no mantener el diseño con el que se jugó en la Copa América de Argentina? ¿Qué tenía de malo? Era uno de los diseños más simpáticos que había visto en los últimos años —quizás el más simpático desde la simpleza de la que casi nos lleva a México ‘86—, tenía la aprobación del público, ya tenía un año de usada y, si quieren jugar cabalísticamente, tenía a cuestas un tercer puesto en la justa sudamericana. Además, la camiseta completamente roja alterna tampoco estaba nada mal. Es decir, se había encontrado un diseño que tenía consenso, ¿por qué nuevamente hacer otro cambio?

La camiseta presentada ayer no está horrible, decir eso sería estúpido. Está bonita, pero está rara. ¿Por qué hay que honrar al Tahuantinsuyo con la sonsera esa del cuello? ¿Por qué es necesario remontarnos a nuestro pasado incaico? ¿Dónde ven que eso ocurra? Ideas así me parecen completamente innecesarias y huachafas. La iniciativa ya no fue recargar la tela de elementos—cosa que saludamos, pues ya tuvimos suficiente con diseños como el del período 2007-2009 o el tristemente célebre de Polmer en el ‘93—, sino recargarla de motivos, cosa que nos parece igualmente absurda. No tenemos que mostrarnos como cultura en una camiseta, no tienen que estar todas las culturas y civilizaciones que pasaron por esta tierra representadas en una franja o en un escudo. ¿Vieron que la chica Kujón tenía, entre las versiones preliminares, una camiseta con una franja al estilo Paracas? Por favor… El cambio del escudo de la F.P.F. me parece también un poco-bastante caprichoso, así como un afán por dejar marca que habría que analizar mucho. No está malo —es completamente retro—, pero deja el sinsabor que produce siempre el cambio o la variación de una insignia. Lo que saludamos, en todo caso, es la indirecta que se puede inferir del cambio “renovación” en la F.P.F, aunque, lógicamente, no sirva de un carajo. Vamos a decir que la camiseta aprueba, pero que la prueba puesta —el cambio de camiseta en sí— nadie lo pidió.

¿Por qué no podemos ser como los uruguayos o paraguayos, que no varían significativamente nada de sus camisetas de un año al otro? ¿Han visto la de Uruguay? Es hermosa. Y simple. No tiene motivos forzados o retoques de moda. Es una camiseta de fútbol que mantiene la esencia de sus orígenes, ¿qué hay más hermoso que eso? ¡Es una camiseta de fútbol! Antes que estética, tiene que primar lo simbólico. Como decimos, estéticamente esta camiseta no tiene mucho criticable. Su polémica radica en que afecta la cuestión simbólica: cambio de identidad. Y eso, por más que el diseño termine siendo atractivo, deja al hincha —al de verdad, no a los improvisados— con un gesto de inconformidad.

sábado, 10 de septiembre de 2011

La prensa basura de nuestro país

El abuelo de Juan Manuel “El Loco” Vargas falleció la semana pasada. El jugador fue excusado de los partidos amistosos ante Bolivia, pues el comando técnico de la selección le otorgó licencia para concentrarse en los asuntos relativos a su familia y en el penoso duelo. Lo mismo hizo su club, la Fiorentina de Italia. Punto.

Así debió rebotar la noticia en los medios nacionales. La muerte del fallecimiento de una persona allegada a alguien público no debería ser comidilla ni elemento que ayude a vender periódicos. Pero acá, sí lo es. Al estar completamente mediatizado desde aquel día del gol de Fano a Argentina, Vargas ha pasado a formar parte de la despreciable y patética farándula peruana, le guste o no. Más aún, como referente de una selección que está de moda, su imagen es requerida por todos. Cualquier medio “informativo” aprovecha la oportunidad de hacer algunos centavos con él. Y vaya que funciona. Pero hay líneas, como esta, que ya hay que ser bien hijo de puta para cruzar.

Todos los programas televisivos llenaron espacio con la muerte de su abuelo. Por poner un ejemplo, “Enemigos Íntimos”, un programa que poco tiene de serio, decidió poner música feeling por treinta segundos y pasar un video con fotos del abuelo de Vargas, mientras “Melcochita” y la Cabrejos ponían cara de tristes y de que sentían el dolor ajeno. Con razón a ninguno de los dos les ligó como actores. ¿Era necesario? No, ¿en serio?

Los invito a ingresar a este enlace: http://peru.com/futbol/expresale-tus-condolencias-juan-vargas-noticia-18786. Ahí podrán ver lo bajo que un medio es capaz de caer a fin de conseguir lectores. Realmente una desgraciada idea la del portal peru.com. Ese mismo día, desde el usuario de Los Recogebolas se hizo una diatriba hacia el link, se los criticó de manera aguda. Y el comentario fue borrado, evidentemente. Realmente, una bajeza de parte de la página. “Exprésale tus condolencias a Vargas”. ¿Qué, huevón, Vargas va a entrar a leer? Y si lo hace, ¿va a servir de algo? Qué manera de hacer noticia de lo no noticioso, de inmiscuirse de cabeza en la vida privada de la gente, de vender el orto con tal de sacar un par de monedas.

A los dos días murió el abuelo de Amilton Prado. ¿Vieron portadas sobre eso?

martes, 9 de agosto de 2011

El triste presente de Cristal

Cristal nunca ha sido acusado de mantener un manejo desprolijo, de deudas con sus jugadores o comandos técnicos ni de problemas con los entes rectores del fútbol en el país. No, nada de eso. Cristal destacó en los noventas por su gran organización, la cual siempre iba acompañada de logros deportivos. Sin embargo, desde el 2006, su historia es más que preocupante: peleando media tabla y, en una ocasión, a puertas de un descenso que, por lo hecho en esa campaña, hubiera sido tan histórico como justo. Así, hoy en día Sporting Cristal transita las fechas de nuestro poco glorioso Descentralizado como un equipo chico, sin alma y de juego tan pálido como el nuevo y feo diseño de su camiseta.

¿Cuándo comienza el problema de Cristal? Cuando la Backus decide rebajarle el presupuesto que le otorga cada año. Ahí mismo el club empieza a contratar sin ningún tipo de criterio: no solo contrata a jugadores baratos y, por ende, no acordes para una institución de su peso, sino que, además, gasta el poco dinero en jugadores de probada escasez técnica (extranjeros y nacionales). Por mencionar algunos de los últimos años, ahí estuvieron los hermanos que vinieron del CNI, Edwin Pérez, los uruguayos Alberti y Gonzáles, el combiano Bonilla, Leyva, Carvallo, Jeickson Reyes, el argentino Néculman, el propio Villalta, el paraguayo Richard Martínez, Wencelaso Fernández y el misterio de cómo lo aguantan hasta ahora y un larguísimo etcétera. Para este año, la Backus incrementó el presupuesto del club. Sin embargo, lo que hicieron fue traer a Rivera proveniente de la quinta o tercera división de Italia, a Frezzoti —si lo han visto jugar no es necesario que haga hincapié en su carrera futbolística para aclarar mi punto—, a Espínola —vino por amistad con Oblitas y para el retiro, prácticamente—, a Escalada —fácil ni se acuerdan de este por lo poco que jugó y aportó—. Esos fueron sus grandes jales de afuera para el 2011. Además, mantienen en el equipo a un jugador como Palacios, cuya carrera expiró hace varias temporadas y al que le pagan una millonada a cambio de no hacer nada en la cancha. ¿Es realmente necesario? Ah, claro, y también trajeron al inefable DT Rivarola, al que despidieron a los ocho partidos, evidenciando una improvisación dirigencial total.

Ya con Reynoso, otro engreído de Oblitas, el equipo lleva once partidos sin ganar —vamos, contar los misios triunfos de los partidos del “prestigioso” y “competitivo” Torneo Intermedio sería tan patético como inútil—. Se trajo a Gonzáles Vigil, Ross y Piero Alva para aliviar el déficit ofensivo (risas). Se pensó en Nelinho Quina como opción por la banda izquierda (más risas). El único jale interesante fue el de Rodolfo Espinoza, y eso que su juego pareciera haber decaído luego de su paso por la “U”. Es decir, están reventando la billetera a fin de complacer a Reynoso y aún no ven resultados. Los únicos tres puntos que han ganado han sido en mesa, ante la “U”, en una movida más que triste y condenable. Reynoso probó su doble cara e hipocresía: en Universitario se quejaba de la pérdida de puntos en mesa y en Cristal la avala. No justificamos la falta de pagos en un club, pero nos parece un acto de particular cobardía el reclamar puntos en mesa por no poder ganarlos en la cancha. Más aún luego de endosarse la taquilla del partido.

El fin de semana le toca contra Alianza Lima en Matute. Ese partido puede marcar un antes y después en la permanencia de Reynoso en el equipo rimense. En Bolognesi le costó instaurar su sello, pero los llevó hasta el título. En la “U” no demoró tanto y también el resultado fue exitoso. En Cristal tiene un problema: el material humano. Reynoso necesita no solo jugadores como Delgado, Vílchez, Lobatón, Advíncula o Ximénez —posible columna vertebral—, sino obreros anónimos, dispuestos al desgaste físico, jóvenes, sobre los cuales su doctrina de juego sea posible de instaurar. Quizás para el próximo año, si Reynoso se mantiene —o si, dados los resultados, no terminan en la Segunda— la cosa pueda rearmarse desde cero. En ese plantel hay jugadores más que innecesarios y de calidad más que cuestionable. Hagan purga, en el plantel y en plano dirigencial. O también pueden contratar a más jugadores por las puras. Para eso, además de ser expertos, en este medio tienen para elegir.

miércoles, 3 de agosto de 2011

¿La "U" TODAVÍA no ha tocado fondo?

La frase fue de Enrique Sánchez, “dirigente” tratado peor que un utilero dentro del plantel crema. Sánchez es la suerte de clown que el equipo encontró luego de cansarse de arremeter contra el poco cerebral Julio Álvarez. Ellos dos, junto con el inubicable Julio Pacheco, son las caras visibles de la dirigencia de Universitario de Deportes. Tres de las personas que, desde un comienzo, con su falta de realismo y capacidad dirigencial, pusieron a la “U” en la patética situación en donde hoy en día está.

¿Quién te manda a armar un plantel que cobra medio millón de dólares al mes, Pacheco? Era obvio que no ibas a poder mantenerlos al día nunca. “Que los inversionistas coreanos…”, “que la “U” debe manejarse como empresa”, “que la “U” puede llegar a ser como el Barcelona” (¿se acuerdan de esa?)… Nada, enano. Nada de lo que tenías planeado funcionó hasta el momento. ¿Por qué? Porque antes de seguir la política de despilfarrar toda la plata que entra a la institución, CUALQUIER PERSONA CUERDA se daba cuenta de que la obligación era armar un plantel austero, limitado económicamente. Pero no, trajiste a un suplente extranjero y que cobra cinco cifras para Vitti. Luego, te empecinaste en repatriar a Fano alegando su amistad. Y, como broche de oro, llenaste el equipo de jugadores nada identificados con la institución y TOTALMENTE INNECESARIOS como Pedro García, Ísmodes o La Rosa. ¿Era tan desquiciado que un equipo grande apueste por sus canteras o por gente de la casa? A fin de cuentas, ¿no acaban ellos de sacarnos campeones de América? Pero no, el club los patea o deja ir y trae a jugadores viejos, irrelevantes dentro de una cancha y que no sienten la camiseta para nada.

Y luego vino la pérdida de puntos contra Cristal. “Les prometo que esos puntos no nos los quitan de ninguna manera”. Otra vez, dijiste cualquier huevada y los puntos se fueron para el Rímac. Son los únicos tres puntos que Reynoso ha ganado con su equipo, para que tengas una idea —dejemos de lado la mariconada de la Backus de querer ganar como sea en mesa luego de ya haberse llenado los bolsillos con la taquilla que ese partido les dio—. Y, como si fuera poco, luego Unión Comercio nos quitó tres puntos más, ganados en una goleada en el Monumental. ¿Me estás jodiendo, Pachecho? Si el Aurich no nos ganaba el último fin de semana en Chiclayo igual nos quitaban más puntos porque los jugadores no firmaron la planilla nuevamente. ¿Así va a seguir indefiniamente? La “U” ya perdió cuatro puntos en mesa en este campeonato, CUATRO. De estar a pocos pasos de la punta, ahora estamos a once. Once puntazos que, con un equipo en crisis, no vamos a remontar de ninguna manera. Hazte la idea de una vez.

La “U” se maneja como el equipo más chico del Perú hoy en día. Ni el Cienciano de Juvenal Silva o el Áncash de Mallqui llegaron a tales niveles de informalidad y pena. El comando técnico se cae a pedazos, los jugadores están enfrentados, no hay para entrenar todos los días, el plantel decide no viajar a provincias, se le adeuda a todos los trabajadores de la institución varios meses de sueldo, los jugadores que se van no dejan un centavo para la institución, se pierden puntos en mesa, no tenemos representatividad en la ADFP ni en la FPF, no tenemos profesionales capaces de luchar en el plano dirigencial… ¿Y dicen que la “U” TODAVÍA no ha tocado fondo? No sean pendejos, ya basta de ser irrealistas.

martes, 2 de agosto de 2011

El campeón chimbotano

Pasó inadvertido para muchos. Otra camiseta de franja roja estaba en boca de todos. Con la eliminación de los grandes del fútbol peruano, el novedoso Torneo Intermedio llegó a su fin, y con ello apareció el primer campeón de esta iniciativa copera: José Gálvez.

En la final, definida por 6-2 en Chimbote a favor de los locales, se enfrentaron al Sport Áncash. Coincidentemente, ambos finalistas se encargaron de despachar a los compadres en primera ronda del torneo y, así, aniquilar, desde la raíz, una final más atractiva.

Los chimbotanos merecieron el campeonato. Lograron aferrarse a un empate en el cotejo de ida, en la siempre difícil altura de Huaraz, donde "La Amenaza" se había mostrado imbatible tras superar todas las rondas previas. Medina podrá recordar el match por el 'hattrick' que logró para ayudar a su equipo a alzar la Copa y así erigirse como el primer campeón de la nueva e interesante competencia.

Más que un simple experimento, el torneo, y sobretodo la final, nos permitió observar a los equipos más fuertes de la Segunda División o de la Copa Perú, deternos en el zappin con la victoria de Municipal contra Sport Boys, confirmar el mal momento de Sporting Cristal, etcétera. Pero, entre otras cosas, nos permite diferenciar a los grandes de los chicos.

Mientras los equipos de Primera División utilizaron escuadras más bien aletrnativas, Municipal estaba obligado a presentarse siempre con su mejor escuadra, aún cuando sus compromisos ligueros cayeran en fechas bastante cercanas a las del Torneo Intermedio 2011.

Al final, protagonistas que quedarán en el recuerdo de un archivo por tratarse de la primera versión de un certamen que esperamos se repita. Y, aunque en Lima poco o nada importe que José Gálvez haya campeonado, igual vale para gritar campeón. Esperamos más emociones para una posible siguiente edición.

lunes, 1 de agosto de 2011

Perú: el balance final de la Copa

Se acabó, ya no más vistazos desde la óptica pasional y teniendo como base al lógico entusiasmo producto de una gran campaña copera luego de muchos años. Es momento de hacer una pausa y observar con ojos críticos a los jugadores que Markarián llevó a Argentina. Es hora de enfocarnos en lo que realmente hicieron en la cancha, más allá de los agradecimientos y la algarabía. Hay muchísimas cosas positivas, pero también varias negativas a tener en cuenta. Comenzamos…

Fernández: Es un arquero aún inexperto y que mostró inseguridad en casi todos los partidos. Valgan verdades, fue gracias a la mala puntería de los rivales o a la prodigiosa intervención de algún defensor nuestro que no vio su valla vencida en tantas circunstancias. En todo caso, le hicieron bien los cinco partidos que jugó. Pienso igual que el “Mago”: es el arquero del futuro. Y, por eso, tenía que tener minutos.

Libman: Acá siempre dijimos que tenía un techo mucho más bajo que el de “Superman”. El buen Salomón solamente jugó un partido y estuvo impreciso en las salidas en los centros. Justamente, en una de ellas vino el gol chileno y la tan dolorosa derrota. Para tener en cuenta, pero para la banca. Vete de Alianza ya, a Israel o México, pero no esperes más tiempo.

Butrón: Es jodido. Algunos dicen que el arco debe ser suyo cuando vuelva, pero eso significaría cortar el ascenso de Fernández u otro golero. Da más seguridad, es más serio, tiene mucho más experiencia que todos los demás juntos, pero no juega hace tiempo y faltan solo dos meses para las Eliminatorias. Tu problema, Markarián.

Acasiete: El mejor de la zaga de Perú. Cuando todos pensaban que volvía para jugar en Cristal, que el puesto era de Zambrano, y que estaba ya en plan de salida, el buen “Santi” se jugó los mejores partidos de su vida con la selección, y demostró que aún le quedan algunas cuantas batallas encima. Fue el líder de la defensa. Siempre bien parado y con voz de mando. Para mí, titular fijo hoy en día. Lo pongo en mi once ideal de la Copa América.

Rodríguez: Otro que destacó, pero que tuvo claros errores por fallas de cálculo. Contra Venezuela y Uruguay, sobre todo. Inamovible igual y quizás excusado por las lesiones en una que otra jugada. En líneas generales, jugó muy bien y fue pieza clave de esa defensa. Por arriba, impasable. En el rubro del juego aéreo fue el mejor de Perú. Está maduro y es confiable.

Ramos: Me sorprendió sobremanera. Uno pensaba que se iba a meter los cagadones a los que nos tiene acostumbrados en Alianza, pero fue un marcador aplicado en los tres partidos que le tocó actuar. Muy bien por arriba y atento para anticipar al rival en cada jugada —que no es poca cosa, pues, cuando un jugador te supera por técnica (lo evidenció en una jugada contra un venezolano) lo mejor es no esperar a que agarre la pelota y te deje mal parado—. Bien, ah, como para taparle la boca a las viudas de Contreras y Galliquio. ¿A Newell’s o Braga? Apura que Alarcón te la malogra.

Vílchez: Cumplidor. Esa es la palabra que define al “Pacho”. Un jugador que siempre pasa inadvertido, que no destaca, pero que cierra su zona. Lo superan en velocidad y él lo sabe. Markarián debería reforzar la marca del mediocampo por su sector, pues con una pared bien armada del ataque rival el defensor es rápidamente vencido. Por ahora es fijo y no nos quejamos. No le caería nada mal, eso sí, ir a Tigre y consolidarse afuera. Estás muy viejo para dejar pasar el tren, Vílchez, no seas tarado.

Revoredo: A Renzo yo lo quería en la selección desde hace ya un par de años, cuando llegó a la “U”. Además de cerrar su banda como ninguno otro, es polifuncional: hasta de volante de marca puede jugar —como en Bolognesi—. Tiene el estado físico que se requiere para la posición y, a pesar de su tamaño, va muy bien por arriba. Le falta un poco en el mano a mano no más. No hay dudas de que esa banda derecha es suya, y de que debería estar jugando afuera hace rato. Ofertas tiene, que no deje que la “U” le malogre el futuro por pedir demasiada plata.

Corzo: Mejoró en marca porque le puso huevos a las jugadas, corrió lo que siempre tuvo que correr y dejó de regalarse tan fácil frente al rival. Aunque en el gol venezolano no hizo el acompañamiento a Arango y la fregó completa. Sigue siendo inocentón y limitado, pero esa ya es su marca registrada. En ofensiva no aportó, pero cumplió ante la emergencia. Suficiente.

Carmona: No entiende el puesto: ni ataca ni defiende bien. Por ese lado Uruguay nos pasó una y otra vez en semifinales; no sabe marcar, pues. No corre, lo llevan fácil, le ganan la espalda… Y en ataque, el que en teoría era su plus, no aportó absolutamente nada. No pasó a los defensores nunca, no sacó un buen centro jamás ni penetró en el área con algún minúsculo peligro. De su físico tampoco sacó provecho en ninguna jugada. No estaría mal reconsiderar la opción de Guisazola. Como dijimos, fue más Barney que “Camión”.

Yotún: Uno que vio la Copa Kirín dijo “la puta madre, este es fijo”, pero ya en Argentina no demostró lo mismo. Con el paso de los partidos fue ganando en atrevimiento, pero nunca llegó a perder del todo el nerviosismo. Quedó clarísimo en varias de las pelotas tontas que perdió por mal control. Fue un poco desordenado y los volantes de cada rival lo aprovecharon más de una vez. Es para tenerlo en cuenta cuando se consolide un toque más, pero igual le gana la pulseada a Rabanal por ese lado. A Bélgica u Holanda, al parecer.

Balbín: Desapercibido solo por la posición en la que juega, porque hizo una gran Copa. Tiene carita de chibolo inocente, pero marca, quita y patea sin importarle nada. Su problema viene al recuperar la pelota, pues no demuestra tener un buen criterio para jugarla. En alguna ocasión abusó de confiado o pecó de distraído y nos terminó complicando. Como fuera, hoy en día el puesto parece ser suyo. Mejorar eso: concentración y pase al compañero. Básico para el puesto. Lo quieren de afuera y le aconsejamos que no deje pasar las ofertas.

Gonzáles: Quién hubiera dicho hace un par de años, cuando recién lo vimos jugar, que actualmente sería un jugador de selección. El “Toñito” mejoró y se controló. Ahora pega lo necesario, pero, sin embargo y como otro defecto, sigue creyendo que en cada jugada que se tire al piso le van a pitar a favor. Mal endémico del fútbol peruano. No jugó casi nada, pero estuvo en lo suyo: correr, quitar y pasar. Está para irse ya, para terminar de formarse en un fútbol donde lo exijan de verdad. Dicen que sería a Argentina o México y dentro de poco.

Ballón: Su carrera se estancó al irse a River. No se consolidó nunca y perdió el puesto en la selección. Para colmo, le vino la lesión que hizo que Balbín tomara protagonismo. Hoy por hoy, su lugar está en la banca. Ojalá que en la San Martín agarre ritmo, vuelva a ser el jugador que todos conocimos y chape otro equipo de afuera.

Guevara: Los pases a Guerrero lo hicieron famoso. Fueron tres contando el de Senegal. Sin embargo, de los tres volantes ofensivos peruanos fue al que más le costó olvidarse de su posición de ‘10’ y comprometerse al ida y vuelta que la posición exigía. Por ahí que por eso el “Mago” le dio menos minutos que a Cruzado y Lobatón. En contra: cuando se desconecta del partido, tira la toalla de manera clara y se vuelve más carga que aporte para el equipo. Dicen que lo quieren de Alemania y Chile. Ojalá, pues, ¿no?

Lobatón: A este lo pedimos en más de una ocasión, pero su irregularidad —y el caso El Golf—le jugó muy malas pasadas en anteriores procesos. Técnicamente superdotado, por fin entendió el trabajo colectivo como algo que lo obliga a correr y marcar, no solo al cómodo pase acertado y al remate de larga distancia. Se comprometió a moverse y de ahí vinieron sus aciertos en la cancha. A mi gusto, un escalón por encima de Guevara y Cruzado. Problema: no es rápido y tiene ya sus años. Sin embargo, igual lo quieren de otros países. Que no desaproveche otra oportunidad más.

Cruzado: Este particularmente me tapó la boca. El asunto es que uno tiene que observarlo bien dentro de la cancha para entender lo que hace. Ocupa muy bien el mediocampo. No recupera tantas pelotas, pero obstruye y ensucia el juego, característica que no era suya cuando recién apareció. Garantiza un toque seguro y acertado, pero le falta pisar con mayor presencia los metros finales, pues de ahí parte del problema de nuestra ofensiva. Le salió linda con el Chievo. Con seguridad compartirá el mediocampo con Ramírez.

Vargas: Es un jugadorazo. El más potente, el más luchador y el que mejor sabe rematar de lejos, todo lo que quieran. Sin embargo, parece que nunca termina de entender el rol de referente que cumple en el equipo. Estaremos condenados a apreciar esas mismas rabietas por el resto de sus días. No entiende que no ayuda en nada en ese plan de palomilla. No está para capitán, en absoluto. Que se mantenga en lo suyo, ya que en eso destaca nítidamente. Le otorgó peso y jerarquía al endeble ataque peruano y demostró su facilidad para jugar en puestos ofensivos. La cinta para otro, “Mago”.

Advíncula: Forrest Gump. Corre un huevo, pero no piensa mucho. Esos segundos en los que se decide qué hacer con la pelota son su deuda. Lo hizo en el pase a Guerrero ante Venezuela y le salió genial. Un poco más de eso y de no fingir faltas y tendremos un interesante extremo. Ha entendido que debe bajar con el rival y que debe explotar su velocidad. Que no espere más para irse a Holanda o Italia, de acá ya no va a recoger mucho más en el campo de aprendizaje. El puesto por ese lado, de todos modos, es de Farfán.

Carrillo: Tuvo a Vargas y Yotún delante suyo. No hubo mucho tiempo para probarlo, pero al menos se sabe que es del interés de Markarián a futuro. Jugó poquísimo tiempo, pero igual se las ingenió para pararse justo en el lugar que no debía y cometer el autogol más doloroso de los últimos tiempos. Ojalá que en Portugal desarrolle físico, disciplina táctica y le descongelen ese pecho.

Chiroque: Se llevó las palmas de todo el mundo por su juego alegre y con reminiscencias de épocas más sencillas. Encaró al que se le puso adelante. Fue divertidísimo verlo parado al costado de Vizcarrondo. La mano del defensor era del tamaño del tórax de “Periquito”. Una lástima lo de su edad y su fragilidad, pero un gran redescubrimiento a estas alturas. Estará sí o sí en las Eliminatorias. Otro que esperamos no priorice la familia antes que una última oportunidad de jugar afuera (Chile, Argentina o Italia). Tienes 31, carajo, es ahora o nunca.

Ruidíaz: El enano solo tuvo minutos ante Chile y quedó en deuda. Pero era obvio, pues. Un pequeñín de metro sesenta difícilmente va a cumplir la función que Paolo realizó: pelear solo con fuerza y técnica. De todos modos, complicó a la defensa con su gambeta y paso pericotero en más de una ocasión. Junto con Ávila, dos delanteros jóvenes a tener en cuenta y a desarrollar, sobre todo, en el rubro alimenticio. Pero ojo que el pelotón de delanteros suplentes es grande: Fernández, Rengifo, Aguirre… en fin. A ti ofertas te llueven, tu problema es el mismo que el de Revoredo: no dejes que la “U” te ponga tantas trabas. Ya dejaste pasar grandes oportunidades con lo del Udinese.

Guerrero: El otro peruano que pondría en el once ideal de la Copa. La figura de la competición, a mi entender. Muy por encima de Suárez, quien no tuvo que ponerse un equipo al hombro día tras día. Fue el goleador del certamen y consolidó el rendimiento que ningún delantero consolidaba desde las épocas de Navarro. En serio, debe haber sido la mejor racha de un atacante con la camiseta de la selección en los últimos veinticinco años: seis goles, seis partidos. Con esto, titular por encima de Pizarro en las Eliminatorias. Impresionante en la técnica y la facilidad para sacarse rivales, aunque se excedió en la individual en algunas ocasiones. De Italia, Inglaterra, España y Alemania lo llaman… es su momento.

Ya, eso es todo. Faltan jugadores, faltan evaluaciones… lo que no falta es entrenador. Eso quedó demostrado. Y sus decisiones, luego de esta enorme prueba de capacidad y conocimiento, habrá que respetarla por sobre todas las cosas. Sin creernos los mejores del mundo y sin empezar a mirar a rivales de nuestro nivel o superiores como equipos a los que se puede pasar por encima. No. Perú no está para eso y ese debe ser el mensaje que más hondo debe calar luego de este tercer puesto. Ese y que sí se puede si se ponen huevos y concentración.

martes, 26 de julio de 2011

¿Por qué campeonó Uruguay?

Porque es el mejor equipo de América desde hace más de un año. Porque no solo la gente confía en el proyecto de su país, sino que los jugadores creen a muerte en Tabárez. Porque tienen jugadores destacadísimos en todo el mundo: Forlán, Suárez, Cavani, Lugano, Pérez, Godín, Muslera... Y porque también tienen de los obreros anónimos que han consolidado un rendimiento parejo y, en algunos casos, sobresaliente: Maximiliano y Álvaro Pereira, Arévalo, Cáceres, Lodeiro Gargano... La lista de jugadores potenciados por el entrenador es inacabable. Una vez Bielsa dijo que el mérito de un entrenador no está en identificar a los buenos o geniales jugadores, sino en detectar a aquellos jugadores regulares que pueden ser buenos. Tabárez y su cuerpo técnico lo escucharon, y plagaron a su Uruguay, en las posiciones donde les faltaba hombres, de jugadores parejos, rendidores, con los huevos bien puestos y con harto amor a la camiseta.

Porque la primera fase la pasó tranquilo, a media máquina, sabiéndose superior. Porque en cuartos de final se bajó a la Argentina de Messi, el equipo local, haciendo gala de la tan famosa garra charrúa. Porque en semifinales despachó sin mucho trabajo a un atrevido Perú que no dio la talla. Porque en la final hubo un solo equipo en la cancha, al demostrar Paraguay que llegó hasta esa instancia con más suerte que fútbol. Porque metió las que tenía que meter y evitó las que debía evitar. Y porque eso en el fútbol es sinónimo de éxito.

Porque tiene a Forlán, probablemente uno de los tres mejores jugadores sudamericanos del momento. Porque tiene a Suárez, un jugador que no deja de ascender en cuanto a rendimiento. Porque tiene a Lugano, no solo un gran defensor, sino un líder que inspira respeto y hasta miedo en los rivales. Porque los cuatro que jugaron al fondo siempre detuvieron a la ofensiva contraria. Y porque cuando no pudieron, Muslera se las ingenió para tapar de todo. Porque no es mentira eso de que los equipos se arman de atrás para adelante, pues el empujón anímico siempre viene desde la parte posterior. Y Uruguay armó su juego sobre una estructura segura defensivamente hablando, donde cada jugador colaboraba, donde cada elemento estaba comprometido con el equipo y confiado del proyecto de su técnico.

Porque Tabárez es un maestro. Porque aprendió de sus errores en Italia ’90 y regresó con fe y sabiduría a tomar el mando del equipo nacional, consciente de que esta era su real oportunidad. Porque sus directivos lo aguantaron al comienzo, cuando las cosas no salían bien. Porque eso es sinónimo de seriedad y la seriedad siempre da buenos frutos. Porque hay una idea de juego clara y directa, que no te anda con rodeos. Porque no te echa lujos ni paredes en exceso, pero jugó el mejor y más efectivo fútbol de toda la Copa América.

Porque los uruguayos deben tener el corazón más grande de todo América. Porque hay una mística quizás incomprensible para el resto de americanos, una suerte de magia que envuelve a su camiseta. Porque su pasado dejó de ser el pesado espejo en donde se intimidaba su presente. Porque se reencontró con su historia. Porque es Uruguay, señores, y a los mayores se los respeta.

lunes, 25 de julio de 2011

Gracias totales, Perú... totales

Quién duda de que fue una gran Copa América esta la del 2011. Ya estábamos acostumbrados a que ver los partidos de la selección frente a la pantalla de un televisor fuera un calvario, pero este equipo, este grupo formado por don Sergio Markarián y su equipo técnico —mencionémoslos, pues tienen igual mérito que el “Mago”— nos devolvió cada milímetro de aquella ilusión perdida. Y por eso las gracias deben ser eternas. Esta Copa la tendremos en la memoria por años, qué duda cabe. Qué grande, Perú.

El partido. Perú no fue tres goles superior a Venezuela durante el trámite del juego, seamos realistas. Venezuela pudo empatarlo porque Perú se aburguesó durante algunos minutos. Hubo groseros errores defensivos que fueron maquillados por la mala puntería o la falta de ingenio de los delanteros del rival. A lo que voy es que también actuó el factor suerte y de eso debemos ser conscientes, pues no siempre tendremos al azar —o el demérito del contrincante— de nuestro lado. Ya hablaremos de eso más adelante, pues hay mucho que decir sobre la defensa y su indiscutible evolución, pero también sobre sus aún indiscutibles errores de atención.

Fernández, a excepción de un par de jugadas, fue nuevamente seguro. Le hizo bien el partido ante Uruguay y su grosero error en el primer gol de Suárez. Esos son los partidos que hacen crecer a un portero y, a pesar de que ocurrió en las semifinales del torneo, es mejor que le haya ocurrido aquí y no en un partido clave de Eliminatorias. Luego unas líneas para Advíncula: su velocidad y su cada vez más depurada técnica se hicieron notar ni bien entró a la cancha. Fue un acierto de Markarián. El pase para el último gol de Paolo fue probablemente el mejor de su carrera. Dio una curva perfecta y dejó al delantero solo frente al arco.

Y para Guerrero no unas líneas, sino un párrafo aparte. Qué goleador tenemos. De los delanteros en actividad es el que más goles tiene con la selección (15). Ya supera a Pizarro y Farfán, por lo que tendremos una ofensiva de temer con miras a la clasificación al Mundial de Brasil. No creo que el Hamburgo pueda retenerlo luego de esto, está para un equipo que pelee más arriba en su liga. Quizás le haría bien cambiar de aires luego de tantos años en Alemania. Sea lo que sea, que escoja un club donde juegue, donde no vaya a calentar banca. Este es su momento, está en el pico de su carrera. Pareciera haber alcanzado la madurez que tanto le costó encontrar. Y lo celebra el Perú entero. Se puso el equipo al hombro en cada partido de la Copa y salió goleador de la misma. ¿Qué más se le puede pedir? Perú tiene ‘9’, señores. De-lan-te-ra-zo: cinco sílabas, cinco pepas.

Cómo no emocionarte al ver a tu selección en un podio, carajo. Cómo no emocionarte si es la primera vez en tu corta vida que ves un hecho así. Cómo no emocionarte con el saltito de Markarián luego del tercer gol, con la cara de niño feliz de Chiroque, con los golpes entre Vargas y Guerrero o con los abrazos interminables entre Libman, Fernández y Butrón. Cómo evitar la piel de gallina al ver la irreal imagen de una medalla sobre esa camiseta con la franja roja. Cómo no querer ser peruano hoy día y todos los días que juega la selección de Markarián.

El partido lo matamos de contragolpe en las cuatro ocasiones claras que tuvimos. Develamos todas las falencias de una vinotinto que se había acostumbrado a jugar como un incansable reloj y a la que nadie había vencido hasta este partido. Lo celebró todo un país. Como dice Markarián en el pegajoso comercial de una marca de cervezas, fueron once en la cancha y 30 millones fuera de ella. Desde que veo fútbol nunca vi al país tan unido detrás de la camiseta nacional. Desde el taxista hasta tu vieja, todos celebran el gran torneo. A todos nos pone una sonrisa en la cara. Esa alegría, Perú, tiene la “marka registrada” del “Mago” y sus muchachos. Y por eso el agradecimiento total.

miércoles, 20 de julio de 2011

Final de telenovela

Fue Justo, el arquero y capitán de los paraguayos. Detuvo el único penal fallado en un final de infarto. Lo merecían aquellos de los que se dice solo saben hacer telenovelas, aunque el final de este drama los dejara con el premio consuelo del orgullo color bronce: se medirán contra once compatriotas nuestros por la disputa del tercer lugar.

Venezuela desarma con sus armas. Va al ataque y procura poner la redonda al ras del suelo, su hábitat natural. Ha adoptado desde hace varios años el juego que suele asociarse con esta parte del mundo: buen toque y criterioso trasladado del balón. Hoy, dominaron a unos leones que están acostumbrados a partidos llenos de fibra y alta tensión.

No se achica, sino pregúntenle a Brasil, que no pudo vulnerarlo. No da un partido por muerto, sino pregúntenle a Paraguay, que lo tenía aniquilado en la fase de grupos, mas no pudo vencerlo. Y vuélvanle a preguntar a los guaraníes luego de esta semifinal. Esta vez, Paraguay supo aguantar el cero. Sí, los postes dieron una mano, así como también el mal cobro del árbitro al anularle un gol legítimo a la vinotinto.

Venezuela se ha ganado el respeto de todos. Sería de tontos pensar que solo se caracterizan por sus modelos o telenovelas aunque, qué duda cabe, han escrito un excelente guión en esa historia. De equipo goleado a protagonista de América. Sobrevivió a la historia y a sus críticos. Será un excelente rival para Markarián y sus dirigidos, y un honor enfrentarlos. Fue injusto porque Justo así lo quiso.

Dignísimo

Se acabaron las ilusiones en esta Copa América. Uruguay nos bajó de las nubes y nos mandó a pelear por un tercer puesto que, sin sonar crudo, era quizás el lugar que estábamos para luchar luego de vencer a Colombia. Las finales son para los mejores y quedó evidenciado ayer que el equipo oriental es más que nosotros, que sus jugadores tienen mayor oficio y que nuestra selección está aún en etapa de formación. A tener en cuenta eso a la hora de hacer el análisis.

Fue una Copa genial. Luego de mucho tiempo —que alguien me diga cuánto— el país se juntó debajo de la blanquirroja para alentar a muerte al equipo. ¿Hacía cuánto que Perú no ilusionaba así a su gente? No me refiero a partidos aislados, hablo de torneos, de la posibilidad de un logro concreto. Perú nos regaló una gran campaña, por más que también perdamos el sábado. Porque venció en los partidos que tenía que vencer para alegrar a su pueblo, los juegos que debía ganar para llegar a la meta de jugar seis veces, de darle 540 minutos de rodaje al sistema que Markarián quiere implantar. Y, de taquito, lo justo para darle la alegría al populacho. Lo agradecemos sobremanera.

Hubo errores garrafales ayer. No critiquemos que la pelota del primer gol se iba fuera y Fernández la metió. No, era muy pequeño el margen, el arquero se la jugó por la segura, pero rechazó mal y no hubo quien lo apoyara en el rebote. Chiroque se excedió en lo individual y vino la contra para el segundo de Suárez —complicidad de la defensa de por medio—. Lobatón no acertó un solo pase cuando entró, Guerrero se excedió más que nunca en la individual, Vargas fue todo menos un capitán y Carmona prefirió ser “Barney” antes que “Camión”, entre otros apuntes más. Pero en algún partido tenía que pasar esto, pues. No podíamos esperar efectividad absoluta de un plantel limitado. Un día tenían que jugar mal y ese día llego. No hubo “Mago” que nos salve esta vez.

Está bien que perdamos, que no nos acostumbremos solo a los buenos resultados, porque sería muy injusto e irreal luego del martirio que sufrimos hasta hace tan solo un año. Está bien que lloren, que se molesten, que quieran revancha y que busquen respuestas. No es el escenario ideal, pero es un escenario real y en alguna medida positivo, ya que nos hará más fuertes a futuro. Igual serán recibidos en el aeropuerto, igual varios de los jugadores se van al extranjero luego de la Copa. Igual a este Perú se le sigue agradeciendo y apoyando.

Ya cuando termine la Copa vendrá el momento del análisis minucioso y quizás sin tantas pasiones de por medio. Un estudio objetivo sobre los jugadores, los sistemas y los partidos. Ahora tratemos de terminar bien el torneo y vencer al derrotado de hoy día. Quedarnos con un tercer puesto sería un gran premio, porque esta Copa se empezó en inferioridad futbolística y se terminó mirando de frente a todos los rivales. Perú tiene una interesante materia prima, esperemos que la pueda convertir en una sólida manufactura, por más peculiar y limitada que sea. Yo confío en el hacedor que tenemos para este cometido.

martes, 19 de julio de 2011

Sale Perú a la cancha...

No importa cómo quede el partido de hoy día. Podemos perder, incluso perder jugando mal, olvidando todo lo que Markarián inculcó. Sea cual sea el resultado, esta selección se merece un aplauso y la confianza de todos con miras a las Eliminatorias. No pensando en una clasificación fija, pero sí en que nos asegurará una participación digna, cosa que urgimos.

Desde 1997, también de manera sorpresiva, el Perú no vivía una Copa como esta. Y eso, porque esta la sentimos mucho más, la gente la vive a mil. Luego de tanto tiempo en el infierno, nuestra selección pareciera encontrarse ya en el purgatorio, despojándose de tantos años de pecados futbolísticos —ojo, Burga, el plano dirigencial sigue siendo un completo desastre, así que tú no te subas al carro—, de tantos sufrimientos infligidos sobre su dolida hinchada. Una hinchada que sufrió sin culpa alguna la blasfemia de ver a su fútbol humillado y pisoteado partido tras partido.

Yo no sé si hoy día le ganemos a Uruguay y lleguemos a la final de la Copa —qué irreal suena, ¿no? ¡A LA FINAL DE LA COPA AMÉRICA, HUEVÓN!—, pero le tengo una fe bárbara al “Mago”. Incalculable. No puede haber nadie tan soberbio para criticarle o cuestionarle planteos. Todos los que alguna vez pusimos en duda alguna convocatoria, alguna no convocatoria, algún planteamiento, cambios en pleno juego o la decisión que sea, debemos callar y confiar ciegamente. Tenemos al mejor entrenador que ha dirigido a nuestra selección en décadas. Tenemos un técnico que sí nos puede llevar al Mundial, que sí nos puede hacer pelear una Copa América. Tenemos a alguien capaz e inteligente. Markarián, señores, es el verdadero capitán de esta selección. Y ante el capitán se calla, se escucha y se aprende.

Dicen que no juega Revoredo, que Acasiete está aún en duda y que Chiroque está casi descartado. Ya había cuatro bajas de antes de venir a Argentina y Perú supo arreglárselas aún así. Confiemos y esperemos. Faltan unas cinco horas para el partido. Cinco horas que parecen eternas y que solo serán el anticipo a un tiempo que parecerá mucho más largo si es que se logra un triunfo. Sería, cómo no, una interminable estadía en el paraíso luego de tan largo purgar y sufrir.

Vamos, Perú, a demostrarle a América y todo el mundo que no vamos a bajar la cabeza ante ningún rival, que nadie nos intimidará de ahora en adelante. Vamos, Perú, que ya es hora de que concretemos un logro importante a nivel selección. Vamos, Perú, que esta sea la piedra angular, aquella sobre la cual se funde el verdadero cambio de nuestro fútbol. Vamos, Perú, a la final en Buenos Aires, al estadio del descendido River, porque esta franja roja sí puede alegrar a su hinchada en el último partido del torneo. Vamos, Perú, a ganar con los dientes apretados, con el corazón en la mano y con los huevos bien puestos. Vamos, Perú, por la reputamadre.

lunes, 18 de julio de 2011

¡Qué grande, Venezuela!

Probablemente Chile fue el equipo que mejor fútbol mostró a lo largo de la Copa América. Es más, quizás Batista haya tratado de hacer jugar a su Argentina como el Barcelona de Guardiola —fracasando rotundamente—, pero fue este Chile de Borghi (o de Bielsa) el que más se asemejó a su juego. El equipo sureño fue un relojito desde el mediocampo hacia arriba, fue el cuadro que realizó el desgaste en todos sus partidos. Quizás hasta fue el que mereció el triunfo en todos, en los cuatro que jugó. Pero al frente tuvo a esta Venezuela que impresiona, que deja a todo América y el mundo con la boca abierta. Qué equipo ha armado Farías, qué gran manera de trabajar un plantel a lo largo del tiempo. Los invito a hacer una pausa y analizar al seleccionado vinotinto en lo referido a su desarrollo desde hace diez años. Es una cosa de locos.

Como lo dijimos, Chile fue Chile. A mi gusto, el equipo de la Copa en lo que a fútbol se refiere. Hoy dominaron, pusieron a Venezuela contra las cuerdas, pero les faltó eficacia —y algo de suerte, seamos sinceros—. No sabría decir hasta qué punto sufrió la baja de Fernández en la Copa. Con el plantel que tiene no se sintió mucho. Su forma de tocar y de crear peligro con pases hacia los extremos o a la espalda de los defensores es ya una marca registrada: no hay defensa a la que no hayan agarrado mal parada con esta estrategia. Y así llegó su gol y también así se hizo figura Vega.

Una maquinita el equipo rojo. Se van de la Copa por errores puntuales en pelotas paradas. Algo que asombra, pues los equipos de la Mercosur son, tradicionalmente, aquellos que mejor manejan el juego aéreo. Me imagino que les jode en el alma, pues pensaban que esta era su Copa, que tenían el mejor plantel y que, caídas Argentina y Brasil, tenían una final asegurada. Una lástima, pero no es para patear el tablero y replantearse las cosas. Con el equipo y juego que tiene debería bastarle en las Eliminatorias, por más emparejamiento que exista actualmente entre las selecciones.

Venezuela, Venezuela... cómo has crecido. Recuerdo claramente que ganarle al país llanero era moneda corriente; las goleadas caían como cosa de todos los días. Lo que vemos ahora es muestra de un trabajo serio, de un compromiso de autoridades hasta jugadores. Un orgullo para todo el país de Cichero, Vizcarrondo, Rincón y Rondón. ¡Qué jugadores! Cichero se graduó de héroe con las dos pelotas que sacó en la línea y aquel gol de cabeza cuando parecía que Chile lo volteaba. Vizcarrondo debe estar en el once ideal de la Copa, y eso que no era conocido hasta ahora. Rincón, amo y señor del mediocampo —junto con el inacabable Arango— y Rondón una joya, un jugador que tienen que cuidar y explotar al máximo. De Farías sería irrespetuoso no hablar, pero el riesgo es que dedicarle unas pocas líneas sea ofensivo. Junto con Markarián deben ser los estrategas que mejor han hecho las cosas en el torneo. Pero seguro Farías se la lleva por el tiempo que ya lleva en su equipo. Es para construirle un monumento.

Hoy el equipo de las estrellas en la bandera venció al de la estrella solitaria. Hoy las estrellas fueron completamente venezolanas. Un gran segundo tiempo el mostrado por ambos países y por eso se agradece. A Chile por el excelente fútbol que demostró y a Venezuela por la lección de humildad y compromiso que demuestra día a día. ¡Venezuela está en semifinales, señores!