¿Se imaginan que la delantera peruana para la Copa América esté conformada por Wilmer Aguirre y Víctor Rossel? Asústense, la posibilidad está más cerca de lo que parece. Con Farfán, Fano y Fernández fuera (castigado, suspendido y lesionado, respectivamente), nuestras esperanzas se reducen a un Guerrero que no juega, un Rengifo que no anota en Chipre y un Claudio Pizarro que en la presente temporada viene siendo más noticia por sus lesiones que por sus goles.
Vamos por partes. Si bien Pizarro nunca ha sido el jugador favorito de la gente, quien niegue su poder goleador es una persona que de fútbol conoce muy poco. Se podría realizar una tesis –con innumerables argumentos válidos– sobre por qué el delantero del Bremen no ha logrado plasmar en la selección lo que hace en Alemania, por lo que ahí no nos adentraremos. Vayamos a lo que preocupa a todos hoy en día: sus diversas y constantes lesiones. ¿Qué pasa por su cabeza que hace que no pueda esperar a estar totalmente recuperado de ellas antes de volver a las canchas?, ¿a su edad no es peligroso forzar su físico de esa manera?, ¿no es consciente de que su imprudencia puede terminar por costarle no solo un par de fechas más, sino los últimos años de su carrera?
No pasan dos semanas sin que el buen Claudio sea portada por una nueva lesión o porque le recrudeció una antigua molestia muscular que no terminó de sanar nunca. ¿Qué tal si descansas un mes entero? Así, por probar, ¿no? No se entiende cómo el cuerpo médico de la selección no se preocupa más por su absurda actitud en lo referido a jugar sin estar preparado físicamente. ¿O es que existe una incompetencia alucinante en los médicos alemanes y son ellos los que podrían estar gestando el prematuro retiro de Pizarro? No, pues. Estas Eliminatorias son su última chance de llevar a la selección –a la que dice tanto amar y con la que asegura estar más comprometido que nunca– a un Mundial. Nos la debes, ojo.
A ver, si Pizarro no llega, no es descabellado pensar que Markarián eche mano de un siempre impredecible Aguirre y un incomprensiblemente ‘convocable’ Rossel para integrar el plantel peruano que viaje a Argentina a mediados de año. ¡¿Se imaginan?! Ni la dupla Julinho-Maestri del ’98 ofrecía menor promedio de gol. Qué va, hasta el ‘Cóndor’ Mendoza jugando por la derecha garantiza más peligro para la defensa rival. Hagamos el ejercicio: en el peor escenario, fuera de los nombrados en el primer párrafo, ¿quiénes nos quedan? Solo jugadores de segundo orden.
De la noche a la mañana nos hemos debilitado sobremanera en una de las áreas en donde más jugadores teníamos. Es mala suerte en parte, pero también es culpa completa de nuestros jugadores, de problemas generados por ellos: Fano y su estúpida expulsión ante Bolivia en la última fecha de las Eliminatorias pasadas, Farfán y su incorregible conducta, Guerrero y un volátil carácter que lo sepulta en prolongados bajones futbolísticos, Rengifo y su decisión de irse a jugar a un país en donde no crecerá como jugador… Pizarro y su vehemente deseo de jugar a pesar de no estar listo.
De por sí, el 'Mago' ya debe hacer magia para que Perú logre armar un equipo competitivo con el material que tiene. Pero lo cierto es que su mejor truco tendrá que hacerlo para conseguir que al menos Rengifo, Guerrero y Pizarro lleguen aptos para jugar la Copa. Porque en verdad, EN VERDAD, ¿¿se imaginan a Rossel, Orejuela, Andy Pando, al ‘Burrito’ Ascoy o al ‘Malingas’ Jiménez como nuestras cartas en ofensiva?? Concha su madre, qué miedo…
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