Cuando todos alababan su invicto en la pretemporada, Alianza Lima mostró su verdadero rostro futbolístico al caer sin atenuantes ante Jaguares. Muchos se sorprendieron, quizas no porque ambas derrotas finalizaron con igual marcador (0-2), sino por las varias falencias que demostró el equipo, entre una de ellas la falta de sapiencia para saberse inferior y manejar mejor el partido.
Así, en su debut en Matute, los blanquiazules estrenaban camiseta Nike y a su nuevo goleador Peirone. Quienes estaban en tribuna seguro se preguntaron si el apodo "látigo" le fue otorgado por sus fuertes zurdazos con dirección a red o porque era vapuleado por su papá de chiquito por los goles que fallaba jugando en el parque con sus amiguitos.
La prensa ha sido todo un circo fácil de pronosticar. "Alianza Lima, invicto en pretemporada, campeón de cuadrangular en Argentina." Con el dedo acusador, recién descubren lo oxidado de los engranajes del equipo, así como el bajo nivel (por ahora) de los refuerzos. O Alianza Lima cambió drásticamente o ningún corresponsal se atrevió a vendernos la verdad. Las piernas duras por el arduo trabajo de pretemporada es un razonamiento equívoco para salvar bajos rendimientos colectivos. Es cierto que se tenía menos ritmo que el rival, pero ¿acaso no lo tenía el Aurich contra Estudiantes Tecos? El equipo del norte, con medio plantel nuevo y estrenando entrenador, venció a los mexicanos con una solvencia ejemplar.
Si las piernas no dan, si la agilidad está congelada y los movimientos son aún bruscos, estos profesionales del balón bien podrían rescatar algo de vergüenza deportiva, comunicarse más en la cancha o ser más ordenados tácticamente. Alianza Lima recibió cuatro goles en la eliminatoria: el primero, con pases cantadísimos. El segundo, mediante un penal tras mano alevosa dentro del área. Los últimos dos, ya jugando de visita en Chiapas, fueron hermanos gemelos que desenmascararon una fea debilidad del equipo de Costas: no aprende de sus errores. Si te hacen un gol, que no te lo calquen luego.
La buena noticia es que este pobre resultado deja en tienda íntima la necesidad de abocarse íntegramente al torneo local, ya sin el desgaste de una Copa Libertadores que les quedó grande. Este nefasto resultado les pone los pies sobre la tierra: ¿acaso realmente creían que lo hecho hace más de 400 días en la Copa era argumento necesario para revalidar goleadas de local o triunfos de visita en el torneo continental? Habrá que estar atento a la reacción del equipo y ver si esta pérdida económica y futbolística que trae consigo la temprana eliminación en la fase previa de la Libertadores supone un año alejado de éxitos. De ser así, la eliminación concretada en Chiapas habrá calado hondo en Matute.
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