La temporada futbolística ha culminado. La San Martín se proclamó, por tercera vez en su corta vida institucional (no olvidar que casi desciende una vez) como justo campeón. Algunos jugadores merecen una mención especial, por lo que en Los Recogebolas queremos rendir, cual regalo de Navidad, tributo a estos clanes futbolísticos, especies del césped natural y artificial, avatares de entrenadores supersticiosos, floreros, mediocres, suertudos o simplemente exitosos.
Machacabolas
Una categoría en la que desfilarían matones con short. Se esperaría a un defensa novato o alguien como Mario Gómez. El ganador de este rótulo, sin embargo – Machito, este año, en la cancha, te portaste más que decente-, es Manuel Corrales, intento de lateral por izquierda que mostrara su fútbol por el Viejo Continente, de seguro buscando paredes con otros latinos -como él- perdidos en tierras de nieve a nivel del mar. Manuel recibió cuatro tarjetas rojas.
Atajabolas
Fue capitán de un equipo descendido, aunque su aporte en la campaña fue fundamental para llenar las tribunas e ilusión en algunas jornadas. Silenció a muchos delanteros con sus sobrios reflejos y se volvió prioridad para la agenda de muchos clubes. Daniel Ferreyra atajará el próximo año en el César Vallejo de Víctor Rivera.
Quitabolas
De porte pequeño y agresividad enorme, Antonio González redondeó un buen año, con menos broncas y más fútbol. Su convocatoria a la selección fue un justo premio a su temple y trajín. Sería injusto no mencionar al campeón Balbín, quien surgió como valioso reemplazo en la oncena titular de la San Martín. Asfixia en la marca, es potente y va bien al juego aéreo.
Metebolas
Es cierto que el mejor delantero posible no solo anota en gran cuantía, sino asiste, aguanta bola y sabe jugar sin ella. Bajo estos parámetros, tanto Arriola como Perea deberían compartir una medalla. El colombiano Perea podría ganar por simpatía: casi siempre enfrentaba -y ganaba- a tres o cuatro defensores. En la otra esquina, sin embargo, Arriola tiene un arsenal más completo de cara al gol: las emboca de cabeza. Medalla de bronce para el panameño Tejada. No metió gol en ninguna final (como Alemanno en Huánuco, que resultó fundamental) ni lideró a un equipo sin mucho presupuesto en su ruta a la historia, pero "Diente de Oro", con sus años encima, metió al Aurich en la fase de grupos de la Libertadores y se volvió en un goleador temible en el torneo local. De cabeza, izquierda, derecha.
Recogebolas
Galardón para aquel jugador revelación del certamen. A priori, el malcriado Advíncula –imposible olvidar sus obscenos gestos dirigidos a la tribuna rival- resulta vencedor. Fundamental en Cristal, seleccionado para Markarián: el moreno es un velocista con balón. Potencia, rapidez, explosión. Su vertiginoso cambio de ritmo, sumado a su despliegue táctico, lo convierte en alfil imprescindible sobre el campo de juego.
- Paolo Hurtado se volvió pieza importante en el equipo de Costas, donde también la frescura de André Carillo ilusiona a los blanquiazules.
- Aunque suena a broma, postular al delantero Andy Pando es un premio justo a la entrega y olfato goleador: batallador, protege su bola y le marcó a los grandes limeños.
- Albarracín, el joven volante del Boys tuvo destacadas actuaciones, golazo a Alianza Lima en el Callao incluído. Sin duda, una de las jóvenes promesas a aseguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario