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martes, 18 de enero de 2011

El no tener huevos siempre pasa factura

Dicen que porque son chibolos no se los debe criticar tan dura ni prematuramente, que solo se trató de un partido, que en realidad son chicos con muchas condiciones y que, tarde o temprano, le darán alegrías al país. Los periodistas, por otro lado, no suelen criticarlos con la dureza que se debe, pues serán esos muchachos los que les darán de comer más adelante: no quieren, pues, arriesgarse a perder futuras entrevistas ni amistades en el fútbol nacional.
Ahora bien, yo no digo que sean malos jugadores. He visto a la mayoría de ellos en el Torneo de Reservas del año pasado (más allá de las grandes diferencias entre eso y el Sudamericano que disputan actualmente) y considero que hay varios chicos con condiciones y futuro. Es más, esta Sub-20 que dirige Ferrín me parece un equipo con mucho más futuro que el equipo de J.J. Oré, los ya desaparecidos ‘jotitas’ (¿alguien sabe qué fue de esa gente, acaso?). Además, claro, de que tuvieron una mucho mejor preparación: partidos y tiempo.
Lo que sí critico, y no me cansaré de resaltar nunca, es la falta de actitud en un equipo. Porque pueden ser malos o buenos, los peores jugadores del mundo o los mejores, pero deben tener siempre un par de huevos bien puestos para ir a las pelotas, para no dejarse ganar el vivo constantemente,  para sentir la camiseta que tienen puesta y, sobretodo, sentir las pasiones que rodean un clásico ante Chile. Y es que más allá de caducos espíritus xenófobos, un partido contra el país del sur tiene un sabor especial siempre, y que eso no lo entienda un grupo de adolescentes de 20 años me resulta por demás deprimente.
Siempre jode perder contra Chile, pero no me hubiera afectado tanto de no ser por la manera tan desvergonzada como se perdió: más allá de no generar absolutamente nada de fútbol en todo el segundo tiempo, los jugadores de la Sub-20 se mostraron completamente pasivos y rendidos. Si bien quedó claro que por orden y estado físico los chilenos fueron superiores (a ver si la próxima vez POR FIN la prensa y los jugadores dejan de llenarse la boca de cojudeces antes de un partido), resultó más triste que eso ver que ni siquiera a punta de huevos se pudieron dar tres pases seguidos (todos los de arriba), cabecear al arco con actitud (Requena), marcar ajustadamente al contrario (Ascues, Morales), salir jugando de manera segura o sencilla (Callens) o iniciar una jugada medianamente peligrosa desde el medio (Ubierna). El único que se salva de mi crítica en ese sentido es Arroé, quien en solo 15 minutos demostró querer jugar, tener ideas, ir al frente siempre.
Yo confío en que calidad debe haber, pues por más de que no resaltamos hace años a nivel sudamericano, el futbolista peruano tiene talento. Es en la parte de actitud en donde se debe incidir, pues es ese aspecto el que siempre nos juega malas pasadas: distracciones, falta de seguridad en uno mismo, etc. No puede ser que las selecciones y equipos que representan al Perú tengan históricamente el déficit de cojones entre sus características. Es inconcebible que no podamos corregir eso con el paso de las generaciones. O, en todo caso, por más de que no se trabaje bien psicológicamente con nuestros equipos, ¿tan difícil es que los jugadores reaccionen por su cuenta?
Nada, a ver si contra Argentina tratan de colocarse bien los huevos a la hora de salir a la cancha.

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